Al final de cada serie de artículos, da click sobre "Entradas antiguas" para acceder a la siguiente serie.

domingo, 25 de marzo de 2012

EL ESTADO MEXICANO CENSURA A CINEASTA CATÓLICO EN PLENA VISITA PAPAL

O la venganza del Padre Amaro


La Redacción.

Días antes de que el Papa Benedicto XVI emprendiera su primera visita a México, el Comité Técnico de Fidecine, fondo al que provee la Secretaría de Hacienda y que administra el Imcine bajo las órdenes de Conaculta, ha violado el derecho humano a la libre expresión de un cineasta católico, discriminándolo debido a sus creencias y privándolo de los recursos para realizar su película “Vivir Amando”.

Adán, protagonista del film, en su juventud lucha y fracasa en su misión de comunicar el Evangelio a través del cine y los medios de comunicación. (1)  Adán no es un cura ni un religioso con votos de castidad, pobreza y obediencia; simplemente es un laico que se siente comprometido con sus creencias fundamentales, en particular, con la misión a la que Jesucristo invita a su pueblo, a través de los apóstoles, para que lleven la Buena Nueva a toda creatura.

Pero Adán, el héroe trágico de la película, fracasa; bloquean su camino toda clase de obstáculos, no sólo aquellos que le interponen las leyes y las instituciones de un Estado que sistemáticamente viola el derecho a la libre expresión de las creencias, sino también las trabas que a Adán le imponen ciertos representantes encumbrados de la feligresía y de la propia jerarquía de su Iglesia Católica.

El colmo es que ahora, en la realidad más acá de la película, el Comité Técnico de Fidecine repite el bloqueo, pero ahora ejercitando la censura previa al autor, de modo que la misión de Adán siga sin poderse llevar a cabo.

En el marco de una lucha intestina entre los que defienden y los que atacan la reforma al artículo 24 de la Constitución, que busca reafirmar las libertades religiosas y de manifestación de creencias, el Comité Técnico de Fidecine, entre los que se encuentra el señor Daniel Birman Ripstein, productor de “El Crimen del Padre Amaro”, película que fuera proscrita por algunos representantes laicos y jerárquicos de la Iglesia Católica (y que en vez de dañarla le obsequiaron inmensos beneficios a su taquilla), hoy, los del Comité Técnico de Fidecine, como cómplices del padre Amaro, pretenden revirar contra la Iglesia, ejerciendo una venganza que poco o nada afecta a su estructura ni a su poder, sino sólo a un autor laico, a uno de tantos miembros críticos del pueblo creyente, que es también un ciudadano cuyos derechos humanos hoy son violados, esperemos que no con impunidad, por parte del Fidecine-Imcine-Conaculta.

* * * * *

El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

Y el artículo 19 dice: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Cuando el Comité Técnico de Fidecine, respecto al proscrito guión de “Vivir Amando”, afirma que “los diálogos no son creíbles”, según el diccionario de la Real Academia Española, está implicando que los diálogos “no tienen mérito o no merecen ser creídos”.

He ahí, tan claro como el agua, un acto de discriminación por razón de creencias, porque no es legal ni humanamente aceptable que un tribunal, jurado o comité que representa a una institución del Estado, base su evaluación, decisión o fallo, en un acto discriminatorio entre lo que merece y lo que no merece ser creído.

Aceptarlo, no sólo implicaría una violación a los derechos humanos, sino que sería tanto como transferir los vicios de la antigua Inquisición eclesiástica al Estado laico y democrático, el cual ahora, representado por dicho Comité inquisidor, regresa al punto de querer otorgar la libertad de expresión como una concesión graciosa del gobernante y no como una garantía jurídica y un derecho humano fundamental.

Y cuando el Comité objeta que “los personajes de 'Vivir Amando' son débiles”, está discriminando entre fuertes y débiles; lo cual es como discriminar entre capacitados y discapacitados, blancos y negros, mujeres y hombres, jóvenes y adultos, mexicanos y franceses, religiosos y agnósticos, cineastas de primera y de segunda clases…

* * * * *

Prácticas monopólicas y autoritarias en Imcine-Fidecine

¿Es legal y democrático que el comité de un fideicomiso del Estado que tiene el mandato de decidir cuáles películas recibirán apoyo financiero y cuáles no, sea integrado por algunos miembros que duran en sus cargos dos y hasta seis años consecutivos en este sexenio, cuando las reglas de operación expresamente lo prohíben? 

¿Es legal y democrático que algunos de los miembros del comité antes mencionado, cuya participación supuestamente es honorífica, obtengan privilegios personales, familiares y grupales como efecto de las decisiones que toma dicho Comité?

Aunque sea legal, debido a los vicios de la Ley Federal de Cinematografía, que un solo sindicato de los varios existentes en México sea el único que tenga representación en el Comité mencionado, ¿es democráticamente sostenible el hecho de que una sola persona, al más “puro” estilo fidelvelazquiano, represente en ese Comité a toda la parte sindical durante más de 6 años consecutivos, pese a que la otra parte sindical se oponga y hasta se vea en la necesidad de promover ante el Congreso una reforma que elimine algunos de los vicios de dicha Ley?

En un Estado como éste, el mexicano, tan injusto y tan benefactor del “libre” pero inequitativo comercio que dominan los norteamericanos, donde prácticamente no existen otras fuentes de financiamiento para la producción de películas más que las que condiciona este mismo Estado, ¿es legal y democrático que el referido Comité ejerza la censura previa, atropelle los derechos humanos a la libre expresión de las creencias, y no cumpla satisfactoriamente las debidas acciones para realizar el objeto de la institución pública que administra, como por ejemplo, el apoyar películas que sean viables financiera y comercialmente, y que recuperen la inversión que el Estado hizo en ellas?


Por otro lado, ¿son inapelables las decisiones de cualquier comité del Estado si infringen leyes superiores y reglamentos, y atropellan derechos humanos? ¿Son inapelables si provienen de un Comité que ha dado prueba de su incompetencia profesional para pronosticar que las películas que recomienda sean viables comercial y financieramente? ¿Son inapelables si miembros de ese Comité están bajo sospecha de beneficiarse personal, familiar y grupalmente con las decisiones del Comité? ¿Son inapelables cuando existen y han existido miembros en ese Comité Técnico que han repetido sus encargos por dos y hasta más años consecutivos a pesar de que lo prohíbe expresamente el artículo 56 del Reglamento de la Ley Federal de Cinematografía?


Eso y más ocurre en el Comité Técnico de Fidecine, fideicomiso administrado por el Imcine, bajo el mando de Conaculta y ésta de la Secretaría de Educación, fondo del que la Secretaría de Hacienda es el fideicomitente, y Nacional Financiera la fiduciaria. Sus decisiones suelen estar viciadas y no sólo ponen en duda la legitimidad de ese órgano, sino que los miembros del Comité se hacen merecedores de investigación y, en su caso, de las sanciones que en términos de derecho correspondan.


Quienes tenemos fe en el cine (fide-cine), pero una fe auténtica y desinteresada, irradiada por un verdadero amor al arte y a una industria que, como generadora de bienes culturales para México y el mundo, debe progresar con base en la honestidad, la transparencia y la calidad, que no tenemos parte en intereses mafiosos que privilegian a unos pocos en perjuicio de la mayoría, creemos que los apoyos y estímulos a la industria deben continuar y crecer, pero sin postergar el que se investigue y se limpie a fondo la estructura que los administra, y a la cual ciertos beneficiarios han bautizado como "la gallina de los huevos de oro".

* * * * *


Las imágenes que arriba ilustran este artículo de opinión, son crestomatías sin fines de lucro, descargadas de Internet. 


* * * * *

(1)  A continuación se presenta la polémica secuencia 26 del guión “Vivir Amando”:


INT. SALA DEL CONSEJO DEL EPISCOPADO. DÍA. 1989.

En la penumbra de la poderosa sala, ADÁN habla a TRES OBISPOS. Les proyecta la última diapositiva de su presentación: “Una Organización Profesional para la Comunicación Cristiana”.

ADÁN (en la actitud de un cruzado):

- Monseñores… los campos donde hoy se libran las mayores batallas, son las mentes de las personas… Necesitamos producir mensajes cristianos con calidad profesional.

ADÁN, expectante, apaga el proyector de diapositivas y abre las cortinas. Después de un incómodo silencio, el OBISPO 1, toma la palabra mientras el OBISPO 3 frota sin cesar su ostentoso anillo de macizo oro florentino, y el anciano OBISPO 2, víctima de la somnolencia, continuamente le prodiga cabezazos al aire.

OBISPO 1:

- La Iglesia en México ha sido perseguida desde Juárez. Estamos negociando con el Señor Presidente, el reconocimiento jurídico de la Iglesia; pero, el gobierno ha decidido no darnos acceso a los medios de comunicación.

ADÁN:

- ¿Y si la acción la realizamos los laicos?... con el apoyo espiritual y económico de la jerarquía… Defenderíamos, como ciudadanos, nuestro derecho a la libre expresión.

OBISPO 2 (despertándose):

- La Iglesia tiene muchas otras prioridades, como las actividades del culto, la evangelización, la catequesis…

ADÁN:

- Mire Monseñor. La Iglesia debe apoyar y realizar estas actividades en los Medios... Así, lo ordena el decreto Inter Mirífica del Concilio Vaticano II.

ADÁN abre su libro de los documentos del Vaticano II.

ADÁN:

- Por ejemplo, el punto 17 dice que la Iglesia tiene “la obligación de sostener a diarios, revistas, cine, radio y televisión”…

ADÁN mira fijamente a los OBISPOS, por un momento. El OBISPO 3 no deja de frotar su enorme anillo.

ADÁN (dirigiéndose al OBISPO 2):

- … Si la Iglesia Católica se queda dormida… sí, dormida en sus laureles… cada día reducirá el número de fieles.

OBISPO 3 (sin dejar de frotar el anillo):

- La Iglesia en México es pobre, no cuenta con recursos para hacer películas, ni programas de televisión, ni…

ADÁN (interrumpiéndolo):

- Pero el inciso 18, ordena que los obispos organicen una colecta anual para este fin. 

ADÁN camina para hablar a los obispos más cercanamente.

ADÁN:

- … En México se ha gastado mucho dinero en construir todo tipo de templos… torres de Babel… y no en construir la Iglesia,… “comunidad”… que exige obvia “comunicación”, para existir….

ADÁN se detiene frente al OBISPO 3 y señala el enorme anillo episcopal que frota.

ADÁN (al Obispo 3):

- Monseñor Hélder Cámara, obispo de los pobres, decía: “Cristianos, dad ahora vuestros anillos, no sea que después os cuesten vuestros dedos”.

El OBISPO 3, mira su anillo y los de los otros dos OBISPOS.

OBISPO 3 (con tranquilidad inamovible):

- Son obsequios del Papa… son anillos para la paz, mientras esos Teólogos de la Liberación, seguidores de Hélder Cámara, con sus ideas revoltosas, son un peligro para la estabilidad de la Iglesia y de Latinoamérica. El OBISPO 3 saca $1 peso de su bolsillo y se lo da a ADÁN. 

OBISPO 3:

- Aunque la Iglesia es pobre, sí te puede pagar el servicio que nos has dado con esta presentación tan “profesional”.

ADÁN mira la moneda de $1 peso, y agradece al prelado.

ADÁN (con irónico respeto):

- Este peso lo conservaré siempre, su Eminencia, esperando que sea (echa un volado al aire)… “la suerte”, quien me acompañe en esta misión. El OBISPO 1, interviene para calmar las aguas.

OBISPO 1:

- Hijo, recurre a los empresarios… Ellos sí tienen dinero…

ADÁN (deprimiéndose):

Lo intentaré, monseñor; pero creo que si ustedes no apoyan decididamente, menos lo harán los empresarios.